octubre 15, 2007

El Gran Baile

La lucha por los amioácidos comenzó demasiado rápido. Casi todos están desprevenidos. Y mientras en los libros revolotean como maripositas (en uno de esos jardínes donde salía Heidi), presumiendo que existen y que a alguien se le ocurrió darles nombre y averiguar de qué están hechos.



Sin duda, las neuronas habrán de esparcirse por las cuatro parédes en una explosión enorme.



Explosión enorme la de esta semana:



1. de la pura sensación

2. de la fiesta desconocida (dícese "el quinceaños de alguien que no conozco")

3. semana semanita que cada vez va ganando más votantes en contra (sí, en contra, hay votos en contra) dentro de la elección "qué se queda en la memoria".



4. no hay cuatro: así de triste.



...



La carne asada en la casa de Diego fue excelente. Convivencia sana y deportiva (?). Claro, como buen mandilón, me fui tempranito y no comí mucho por eso. De todas maneras, aunque hubiera podido creo que no lo habría hecho... osease, estoy en un proceso de inanición voluntaria o anorexia nervosa.



Jajaja... no es cierto. Pero quizá sí padezca de cierto grado de h i p o c o n d r i a.



Lo cual rima con mitocondria, que no es lo mismo, pero sigue siendo barato... y bien barato. ¿o acaso a alguien le solicité que me vendiera una mitocondria para mi consumo personal? ¿acaso hay latas en gigante o soriana que digan "mitocondrias en almíbar"? El chiste es que tengo tres chingos de ellas... Pero creo que eso hay que dejarlo para el futuro curso de biología celular... en el cual espero estar presente.



(cáyese el hocico, muchacho renegón. No me interesa nada hacerca de sus hipocampos... ¿o qué dijo?...¡micocondrias! ¡eso! ¿Pa qué nos está presumiendo que tiene muchas? ¿a poco cree que uno que se la pasa chambeando todo el día y ganando una miseria, no siente regacho que de repente salga cualquier mocoso a presumir que tienen mucho de esto y de esto otro? Chincheros con ustedes... ¡hay que aprender a ser humilde! Uno debe tomar en cuenta que a lo mejor no todos tenemos la facilidad para comprar ciertas cosas...)



Ciertas cosas.



Mientras tanto, las cosas van y se deslizan por una especie de t o b o g á n hacia la alberca u n i v e r s a l con una cadencia hermosísima y sensual. Un himno estridente que pesa en la frustación de quienes no reconocen que forman parte de su propio cuerpo.



(¡ah, muchacho macuarro! ¡váyase a la chingada!)



Ya cansados de tener que convencer, los predicadores se unen al baile, que es lo único que existe. El gran baile... ¡Todos los predicadores! ¿y porqué? Pues muy simple: ellos no han intentado otra que satisfacer sus más viscerales deseos y protegerse de sus medis, disfrazados en la palabra "doctrina", al visitar cada rincón del planeta anunciando "la verdad" que hará felices a todos (en especial a él). Entonces, al llegar al Gran Baile y ver que todos sus deseos son satisfechos ahí y que todos sus miedos son infundados, se descubre en su mundo y se entrega por completo.



...Ah, claro, existen muchos que odian al Gran Baile. Consideran que no puede ser esa la verdad... Imbéciles, el Gran Baile, la experiencia del Gran Baile es una sensación individual. Individualidad colectiva... porque uno sigue teniendo consciencia de ser uno mismo, a pesar de que la fragmentación lo invade.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pero mi cabello ya no es negro...

te quiero

:)

amén