octubre 26, 2007

Engargolado

Desde la mera fuente del poder arbóreo, escribo. Puras viejas panzonas y la curación hacia la fenomenal disgreción ensayística y futbolística y de los significados inventados, puramente. Porque de no ser así, la mera verdad, quién sabe qué sería del espacio infinito en posibilidades retóricas, poéticas y fantasmagóricas.



¿Ya lo había mencionado, no? Mientras tanto, me importa un tamal lo que vayan a caminar en este día sagrado de mentes inusuales y productivas. Toma Coca-Cola. Pero al fin y al cabo va a lo mismo, al griterío y la enorme urbanidad del momento. Las palabras fluyen una a una, les informo, sin temor a nada ni a nadie, deberían explotar. Como estrellas fugaces. Fugaces. Yo me fugo... Contrapunto perfecto... Tanto como el de la realidad real. Benditas sean entre las mujeres y bendito sea el fruto (seco) de su vientre. De su vientre.



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Transfórmase la situación a otra. El ambiente está cargadísimo de adormilación. Hasta que la música penetra y transforma cada cosa en un cadencioso baile intemporal y universal. Y así yo bailo con una hermosísima muchacha que está a unos cincuenta metros de aquí.



Pobrecitos de los santos olvidados, pobrecitos de los que el tiempo pasa y se va en no mirar más que la plena contemplación del movimiento que no se posee en uno mismo. Y de los que caen de los árboles hasta el fin. Hasta el fin. Caerán hasta que el suelo se transforme en crema pura de vaca y se hagan pegajosos y viscosos y puedan cantar algún himno de la hermandad pluricultural. Universal De Las Culturas. Como el Fórum o el Paseo Universal De Santa Lucía.



Paseo De Santa Universal Lucía.



Para que así vuele el tiempo. Vuele vuelve y se volva volvox. Evolve to volvox. Evolve to involution. Evolution, volume, voluminoso, venéreo. Venus vaginal. Desde la merititita fragmentación. Phragmentation, I don´t know if that´s correct. Se encuentra el final del que hablaba hace unos instantes.



Se miran unos a otros, en explosión. Ay, ay, ay. Ay, mis hijos. Mis hijos, ay. Como si los estuviera pariendo en este mismo instante, dolor. Dolorsísimo de dolores, tal cual "viva México". En la macroplaza. Se van las hojitas flotando hacia atrás, en regresión continua, en regresión significativa... oséase, regresión de significados. Por ejemplo, si yo hoy significo una cosa y ayer signifiqué otra, entonces una regresión significativa sería que mañana significase lo que significo hoy y/o lo que signifiqué ayer, pero nunca lo que habré de significar mañana.

Exclúyase, para bien de la salud de los que intentamos explicar el mundo, la posibilidad de que sea precisamente ese el significado que me corresponde mañana.



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Una vez habiendo descubiertos los misterios de la humanidad, se dispone el cocodrilo a andar un rato por las inmediaciones de su flora y fauna internacional. Internacional como el mundo entero. Dice la paloma, entonces, "La vez pasada eran dos, pero ahora quién sabe". El mundo es tan vasto... pero eso no lo sabe ella, pobre.



De todas maneras se descubren caminando hacia quién sabe que lugar entre la Ciudad Universitaria y llegan a quién sabe que parte y les gritan a todos. Empiezan a gritarles a todos y nadie les dice nada. Con toda la autoridad en su cuerpo no dejan de hacerlo y les dieron un diploma por eso.



Fue después, ya cuando habían salido y dejado su lugar a otros que eran iguales a ellos, cuando empezaron a salir en la televisión y en el periódico (¡Internacional!). Se les mencionó como los futuros héroes y las presentes promesas. Las meras vergas, aunque las vergas sean mujer. Una vez me llegó un periódico donde salía el cocodrilo gritando algo que rimaba, pero se me olvidó por la expresión en su fotografía. Algo que rimaba se me olvido, como por si causalidad se hubiera predicho la naturaleza intrínseca del movimiento trascendental.



Continuó así la voz del cocodrilo gritando y la de la paloma gritando y la de los dos gritando. Era una sinfonía completísima de los ángulos que existen en la grafía "o". Los destacaba uno por uno, sin olvidar al más pequeño ni al más pendejo.



Al final, cuando se murieron, no supieron qué hacer y se fueron al cielo, a gritarle al mismísimo dios.



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Invasores de otors mudnos. Vanireso ed sotro dsmnuo. ¿para qué complicarse?



Mientras veo la campanita salir del fondo del excusado y timbrando algo acerca del fin y de la necesidad de aire... ¡soy aeróbico! ¡soy aeróbico! ¡soy súper aeróbico!



Plum, plum, plum, plum, la furia de dejar el encierro y las ideas encerradas. Las mega ideas encerradas. "De la enfermedad que obliga a atesorar... atesorar... atesorar... atesorar... atesorar... atesorar... atesorar". En mi opinión, creo que mi mente se haya en plena fragmentación y expansión hacia los más recónditos infinitos (¡que se esconden los cabrones!). Los infinitos en la escoba barriendo de la señora y de los niños cruzando la calle después de haberse escapado de la escuela... Al escaparse de la escuela uno entra en el mundo y se convierte en vagabundo por completo. El día se vuelve más brillante. Porque yo aprendí a sumar y restar en mi cabeza, y a leer en mi cabeza, y a pensar en mi cabeza, y a besarle las nalgas a mis superiores en la escuela.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

todos gritando desde y hasta la fragmentación...

amén

Anónimo dijo...

"y a besarle las nalgas a mis superiores en la escuela" oh, sabiduría. salud :)